¿Qué significa una bolsa de café constarricense en el extranjero?
Por: Milagro Torres
Interés de carácter social, ambiental y de calidad
Cuando un costarricense se quiere identificar internacionalmente, una de sus mejores cartas de recomendación será una bolsa de café cosechado y procesado en suelo nacional.
Es tan legendario que figuras públicas como el papa Francisco constantemente al encontrarse con una persona tica suele expresarle la frase “el mejor café del mundo”. Esta referencia es conocida mundialmente, sin embargo, el reconocimiento obtenido por el café no solo es basado en su alta calidad en el sabor, si no que hay razones paralelas que han atraído la atención de extranjeros.
Tres de esas razones son potenciadas mundialmente por el Instituto del Café (Icafe) que tiene cobertura en 50 cantones costarricenses.
En primer lugar, la divulgación en el mercado, gracias a la labor del Instituto, se ha logrado obtener una visión de calidad a nivel extranjero, pues el producto nacional respalda cada promoción realizada internacionalmente, por ello consumidores internacionales de nuestro café son personas que están dispuestas a pagar un poco más porque reconocen que “vale la pena” invertir.
El mercado que atiende nuestro país es un sector especializado, según palabras de directora ejecutiva del Instituto del café, Silvia Chávez, “Nosotros nos hemos decantado por un mercado de especialidad de café, sino de café con condiciones y características muy particulares que nos hace posicionarnos a nivel internacional”.
En segundo lugar, las acciones de carácter social que cubren a los recolectores de café en territorio costarricense.
Una de ellas son las Casas de la Alegría, estos son centros de cuido en zonas cafetaleras para garantizar la atención de los niños y tranquilidad de los padres y madres recolectores de café.
“En tanto ellos están trabajando los chiquitos los ven en un lugar seguro, recibiendo aprecio, conocimiento y alimentación. Este proyecto es para desalentar el trabajo infantil y mantenerlos seguros”, destacó Chávez.
También, se distingue internacionalmente por tener una ley única que trata el tema de la sostenibilidad de la actividad cafetalera y contar con un aseguramiento a la mano de obra recolectora, resguardando así derechos humanos que promueve nuestro país.
Y en tercer lugar, el incentivo ambiental.
Costa Rica dentro de su gran riqueza en los terrenos biológicos, sirve como territorio de experimentos agradables con el ambiente y así mejorar los procesos de cultivo.
“Por ejemplo, el Icafe actualmente tiene un convenio con cooperantes europeos con el proyecto de cafetales arbolados. Este consiste en el análisis de árboles que son compatibles con el ecosistema del café.”, recalcó Chávez.
El público consumidor del café costarricense es específico, ya que comprende que detrás de una taza de café hay calidad comprobada, y que también aporta al desarrollo de la sociedad costarricense.
Es toda una experiencia escondida en una taza de café y para los consumidores ticos, es honrar la labor del agricultor en sus propias tierras.
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