Un gobierno puede favorecer el crecimiento económico mediante acciones que contribuyan al mejoramiento y la estabilidad económica del país, según economistas en varias partes del mundo, para que ésto pase el gobierno debe comprometerse con estas cuatro funciones principales.
1. Eficiencia: EL Gobierno debe intentar corregir las fallas del mercado, como el dominio de los monopolios y el exceso de contaminación, para asegurar el funcionamiento eficiente del sistema económico. Las externalidades (o costos sociales) sobrevienen cuando las empresas o las personas imponen costos o beneficios a otras fuera del mercado.
2. Infraestructura: El gobierno debe aportar a la sociedad una infraestructura integrada. La infraestructura (o capital social general) se refiere a aquellas actividades que mejoran, de manera directa o indirecta, los niveles de producción o la eficiencia en la producción. Elementos esenciales de la misma son los sistemas de transporte, la generación de energía, el acceso a la comunicación, la banca pública, instalaciones educativas y de salud y una estructura política y de gobierno con un buen ordenamiento. Dado que son muy altos los costos de brindar estos servicios y sus beneficios inciden en numerosos grupos de personas, tales actividades deben ser financiadas por el gobierno.
3. Equidad: Los mercados no necesariamente dan lugar a una distribución social de los ingresos que pueda considerarse justa o equitativa. Una economía de mercado puede ocasionar niveles inaceptablemente altos de desigualdad en los ingresos y la posición social. Los programas del gobierno que promueven la equidad usan los impuestos y el gasto público para redistribuir el ingreso hacia los grupos más vulnerables.
4. Estabilidad o crecimiento económico: El gobierno depende de los impuestos, los gastos y la regulación monetaria para fomentar la estabilidad y el crecimiento macroeconómicos con el fin de reducir el desempleo y la inflación, lo que a su vez es recíproco
respecto de la prosperidad económica. Las políticas macroeconómicas de estabilización y crecimiento incluyen políticas fiscales -de impuestos y gasto público- junto con políticas monetarias -que afectan las tasas de interés y las condiciones crediticias-. A partir del
desarrollo de la macroeconomía en la década de 1930, los gobiernos han diseñado varios mecanismos para controlar la inflación y el desempleo.
En la actualidad hay actividades que no se llevan a cabo en absoluto sin la intervención del Estado hasta actividades en las que el Estado
desempeña un papel activo en coordinar los mercados o redistribuir los activos. Los países cuyos Estados tienen más limitaciones deben priorizar roles básicos, es decir, la provisión de bienes públicos puros, como los derechos de propiedad, la estabilidad macroeconómica, el control de enfermedades infecciosas, el uso de agua potable, el mantenimiento de carreteras y la protección de los
indigentes. Reformas recientes han hecho hincapié en los fundamentos económicos, pero los fundamentos sociales e institucionales, incluidos los legales, son igualmente relevantes para evitar el malestar de la sociedad y garantizar un desarrollo sostenido.