Un total de 130 países, liderados por la OCDE, han dado su visto bueno al pacto, que incluye un impuesto mínimo de sociedades de “al menos el 15%”
El mundo contará en breve con una nueva fiscalidad que podrá gravar a las empresas multinacionales y plataformas digitales que hasta ahora lograban evadir buena parte de sus impuestos. Tras años de negociaciones intensas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el club de los países más ricos del mundo, ha anunciado este jueves un acuerdo con 130 países y jurisdicciones para establecer un impuesto mínimo sobre sociedades de “al menos el 15%” sobre los beneficios de las mayores empresas del mundo. El acuerdo será refrendado la próxima semana en la cumbre de ministros de Finanzas del G-20 de Venecia.
Tras años de avances a paso de tortuga, la organización de los países más industrializados del mundo ha logrado sacar adelante un acuerdo, que será decisivo para la arquitectura tributaria y empresarial mundial. La OCDE lleva más de siete años trabajando en un esquema para que las grandes multinacionales tributen allí donde hacen negocio y no donde le resulte más barato, pero el impulso del G-7 ha sido decisivo para lograr un acuerdo de mínimos que provocará que gigantes como Google, Amazon o Facebook paguen los impuestos que les toca. El liderazgo de la nueva Administración de Estados Unidos del presidente Joe Biden y su secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y la perseverancia de las instituciones europeas han cimentado un acuerdo histórico.
Europa lleva años tratando de poner coto a las ventajas fiscales de las multinacionales. Aunque desde Bruselas se ha empujado para taponar los sumideros por los que se escapan los impuestos de las multinacionales, Europa ha visto frustrados sus planes porque tenía el enemigo en casa. Irlanda, Luxemburgo, Holanda o Malta son algunos de los países que ofrecen vías de escape a los grandes grupos internacionales. Irlanda, Hungría y Estonia están entre los países de la UE que participan en las negociaciones y no han firmado el acuerdo.
Según la institución con sede en París, una tasación del 15% ya podría generar unos 150.000 millones de dólares (cerca de 130.000 millones de euros) de ingresos impositivos adicionales. A ello se unen “beneficios adicionales” que surgirán de la “estabilización del sistema fiscal internacional y de una mayor certeza fiscal para los contribuyentes y las administraciones”, apunta la OCDE.
La puesta en marcha, en 2023
“Tras años de intenso trabajo y negociaciones, este paquete histórico garantizará que las grandes compañías multinacionales paguen su parte justa de los impuestos en todas partes”, ha celebrado el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, que apenas lleva un mes en el cargo. Según el australiano, el acuerdo, que todavía deberá ser ratificado por los gobiernos implicados, “acomoda los diferentes intereses en la mesa de negociaciones, incluidos los de las pequeñas economías y las jurisdicciones en vías de desarrollo”.
Cormann ha subrayado la importancia de que el acuerdo final con “todos” los miembros se logre en el plazo previsto, a lo largo de este año. Según el calendario de la OCDE, los detalles técnicos del acuerdo deberían cerrarse en el próximo octubre. Su puesta en marcha efectiva debería ser en 2023.